Varese, 7 lugares que no os podeis perder en Lombardía

Cuando pienso en Italia, me vienen a la mente su cultura, su gastronomía y sus maravillosos paisajes, así que cuando @InLombardia y la Camera di Commercio de Varese (@Vacamcom) organizaron un viaje de tres días (#InLombardia365) para mostrar todo lo que Lombardía puede ofrecer, no lo dudé ni un momento, y una vez he vuelto solo puedo decir que esta región, al igual que el resto de Italia, es una provincia maravillosa, llena de lugares espectaculares y de sabores por descubrir.

 

Primer día

20170407_145515000_iOS 1Si te acercas a Varese lo primero que debes visitar es el santuario del Sacro Monte, incluido en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco. Lugar de peregrinación desde la Edad Media, fue fundado en el año 1474, su construcción actual finalizó en el año 1698. Pero aparte de los datos, lo que sí os puedo comentar es que desde el primer momento en el funicular para llegar a su parte superior, su camino de adoquines de más de dos kilómetros de largo con sus 14 capillas dedicadas a los quince misterios del Rosario (la decimoquinta está dentro del santuario)  me sorprendió muy gratamente. El lugar, su entorno, sus edificaciones y sus vistas son fantásticas, un imprescindible si os acercáis a la región.

Y no os olvidéis una vez estéis arriba de visitar la Casa Museo de Ludovico Pogliaghi. Un lugar de una belleza absoluta, ecléctica y sorprendente. Arquitecto, pintor, escultor, arquitecto y escenógrafo, Ludovico Pogliaghi compró una casa rural en el Sacro Monte y la transformó gradualmente para convertirla en su estudio-laboratorio-casa donde podemos encontrarnos, por ejemplo, el molde de yeso que realizó para crear la puerta del Duomo de Milán o el baño reluciente de un palacio persa. El edificio fue donado a la Santa Sede en 1937. Actualmente es propiedad de la Biblioteca Abrosiana de Milán que la reconvirtió en museo.

Pero estamos en Italia, así que no podemos olvidarnos de su gastronomía, nosotros aprovechamos la visita al Sacro Monte por la mañana para parar a comer en el restaurante que queda justo a sus pies, antes de subir al funicular, el Linea 88 (@linea_ottantotto), donde pudimos degustar productos de la tierra en su terraza, un final perfecto a la visita antes de volver al Varese City Hotel para poder descansar y visitar la ciudad.

 

Segundo día

20170408_091847000_iOSSiguiendo con las visitas culturales nos acercamos al día siguiente a la Villa Cagnola, uno de los ejemplos más importantes de edificación de estilo romántico con jardín Lombardo, que alberga una interesante colección de arte reunida por Guido Cagnola, en su interior. La villa fue originaria de la familia Perabo, propietarios de muchas edificaciones en la población cercana de Gazzada durante la segunda mitad del siglo XVI. Posteriormente comprado por el burgués milanés Giuseppe Cagnola, y transformada en la villa actual por su hijo Carlo Cagnola, fue donado finalmente a la Santa Sede para establecer un instituto de ciencias de la religión.

Situado en una posición privilegiada sobre el pueblo de Gazzada, tiene unas vistas panorámicas al lago de Varese y el Monte Rosa.

Pasear por el parque que rodea la edificación, inspirado en los parques románticos y que recuerdan a los grandes jardines de algunas casas inglesas, es un placer, y si además puedes acercarte a la Vía Francisca del Lucomagno (antigua vía para peregrinos de toda Europa hacia Roma) para seguir el paseo hasta Castiglioni Olona, conviertes el día en una agradable travesía de solo 6 kilómetros (tranquilos, todos en llano) disfrutando de los paisajes que te ofrece esta región.

Una vez terminado el paseo, es hora de comer para coger fuerzas. En el mismo pueblo de Castiglioni Olona existe un pequeño restaurante, la Osteria degli Artisti, donde podrás sorprenderte con risottos  con naranja o con fresas, no dudes que su sabor te va a sorprender.

20170408_135747000_iOSTerminada la comida qué mejor que realizar un pequeño paseo por el pueblo, “La isla Toscana en Lombardía”, o así la definió el poeta y dramaturgo italiano Gabriele d’Annunzio, aún conserva parte de sus edificaciones del siglo XV. No olvidéis visitar la Collegiata que se encuentra en la colina más alta del pueblo, en el sitio del antiguo castillo de Castiglione, de los cuales todavía se puede ver la antigua puerta de entrada. El complejo del museo incluye la Iglesia y el Baptisterio, con frescos de Masolino, artista florentino.

Otro lugar interesante es el Monasterio de Torba, construido en el siglo V como bastión romano contra las invasiones bárbaras, pasó a manos de un grupo de monjas benedictinas en el siglo VIII. Más tarde, cayó en desuso y fue utilizado por los agricultores locales que cubrieron las paredes y los frescos con yeso, perdiéndose gran parte de sus obras. Un ejemplo particular que aún queda se ha hecho famoso por crear un montón de leyendas sobre él. Existe un fresco donde aparecen ocho figuras, en tres de ellas faltan sus caras y en su lugar aparecieron unos círculos ovalados perfectos, dando a conocer la leyenda de las “monjas sin rostro”. Según la leyenda, las tres monjas que debían ser usadas como modelos del fresco dejaron el monasterio y nunca regresaron, por lo que sus almas vagan por los alrededores sin paz, quién sabe, quizás si os acercáis de noche os las podéis encontrar.

Una vez terminado el día es hora de regresar al hotel y salir a cenar para rememorar todo lo visto y disfrutado del día, que al día siguiente os aconsejo que por unas horas nos olvidemos de la cultura para disfrutar de un navegación en vela por uno de los lagos más conocidos de Lombardía, el Lago Maggiore.

 

Tercer día

El lago Maggiore es el segundo lago en extensión tras el lago di Garda. Sus aguas bañan el cantón suizo de Tesino, y las regiones del Piamonte y Lombardía de Italia. Los bonitos pueblos a sus orillas tuvieron gran fama durante la Belle Époque y algunos conservan, en parte, el aspecto de aquellos tiempos.

Navegar a vela en el lago es evadirse de todo, las preocupaciones del día a día desaparecen para ser substituidas por el simple placer de disfrutar de sus aguas tranquilas.

Y como estamos en Lombardía, no os podéis saltar la vista des del lago de Santa Caterina del Sasso y la correspondiente visita si tenéis tiempo. Según cuenta la leyenda, la ermita fue fundada por Alberto Besozzi, un rico mercante local que sobrevivió a un naufragio durante la travesía del lago, y decidió retirarse en ese tramo de costa para llevar una vida de ermitaño, erigiendo una capilla a Santa Caterina. Después de un primer periodo perteneciendo a los Dominicos, a los que siguieron los Carmelitas, desde 1970 la ermita es propiedad de la Provincia de Varese.

 

Y hasta aquí mi viaje por Lombardía, un lugar mágico y que creo que aún me queda mucho por descubrir por lo que no dudo en volver a visitar. Os dejo a continuación un video resumen del viaje y al final del post unas fotos del mismo, espero que os guste.

—————————————————————————————————————

Varese, 7 llocs que no us podeu perdre a Llombardia

Quan penso en Itàlia, em vénen a la ment la seva cultura, la seva gastronomia i els seus meravellosos paisatges;  així que quan @InLombardia i la Camara di Commercio de Varese (@Vacamcom) van organitzar un viatge de tres dies (#InLombardia365) per mostrar tot el que Llombardia pot oferir, no ho vaig dubtar ni un moment, i un cop he tornat només puc dir que aquesta regió, igual que la resta d’Itàlia, és una província meravellosa, plena de llocs espectaculars i de sabors per descobrir.

Primer dia

Si t’acostes a Varese el primer que has de visitar és el santuari del Sacro Monte, inclòs en la llista del Patrimoni Mundial de la Unesco. Lloc de pelegrinatge des de l’Edat Mitjana, va ser fundat l’any 1474, la seva construcció actual va finalitzar l’any 1698. Però a banda de les dades, el que sí us puc comentar és que des del primer moment en el funicular per arribar a la seva part superior, el seu camí de llambordes de més de dos quilòmetres de llarg amb els seus 14 capelles dedicades als quinze misteris del Rosari (la quinzena està dins el santuari) em va sorprendre molt gratament. El lloc, el seu entorn, les seves edificacions i les seves vistes són fantàstiques, un imprescindible si us acosteu a la regió.

I no us oblideu un cop estigueu a dalt de visitar la Casa Museu de Ludovico Pogliaghi. Un lloc d’una bellesa absoluta, eclèctica i sorprenent. Arquitecte, pintor, escultor, arquitecte i escenògraf, Ludovico Pogliaghi va comprar una casa rural al Sacro Monte i la va transformar gradualment per convertir-la en el seu estudi-laboratori-casa on podem trobar-nos, per exemple, el motlle de guix que va realitzar per crear la porta del Duomo de Milà o el bany lluent d’un palau persa. L’edifici va ser donat a la Santa Seu el 1937. Actualment és propietat de la Biblioteca Abrosiana de Milà que la va reconvertir en museu.

Però estem a Itàlia, així que no podem oblidar-nos de la seva gastronomia, nosaltres vam aprofitar la visita al Sacro Monte al matí per aturar-nos a dinar al restaurant que queda just als seus peus, abans de pujar al funicular, el Línia 88 (@linea_ottantotto ), on vam poder degustar productes de la terra a la seva terrassa, un final perfecte a la visita abans de tornar al Varese City Hotel per poder descansar i visitar la ciutat.

Segon dia

Seguint amb les visites culturals ens acostem al dia següent a la Vila Cagnola, un dels exemples més importants d’edificació d’estil romàntic amb jardí Llombart, que alberga una interessant col·lecció d’art reunida per Guido Cagnola, en el seu interior. La vila va ser originària de la família Perabo, propietaris de moltes edificacions a la població pròxima de Gazzada durant la segona meitat del segle XVI. Posteriorment comprat pel burgès milanès Giuseppe Cagnola, i transformada en la vila actual pel seu fill Carlo Cagnola, va ser donat finalment a la Santa Seu per establir un institut de ciències de la religió.

Situat en una posició privilegiada sobre el poble de Gazzada, té unes vistes panoràmiques al llac de Varese i la Muntanya Rosa.

Passejar pel parc que envolta l’edificació, inspirat en els parcs romàntics i que recorden els grans jardins d’algunes cases angleses, és un plaer, i si a més pots apropar-te a la Via Francisca del Lucomagno (antiga via per a pelegrins de tot Europa cap Roma) per seguir el passeig fins Castiglioni Olona, converteixes el dia a una agradable travessia de només 6 quilòmetres (tranquils, tots en pla) gaudint dels paisatges que t’ofereix aquesta regió.

Un cop acabat el passeig, és hora de dinar per agafar forces. Al mateix poble de Castiglioni Olona trobareu un petit restaurant, la Osteria degli Artisti, on podràs sorprendre’t amb risottos amb taronja o amb maduixes, no dubtis que el seu sabor et sorprendrà.

Acabat el menjar, què millor que fer un petit passeig pel poble, “L’illa Toscana a Llombardia”, o així la va definir el poeta i dramaturg italià Gabriele d’Annunzio, encara conserva part de les seves edificacions del segle XV. No oblideu visitar la Collegiata que es troba al turó més alt del poble, al lloc de l’antic castell de Castiglione, del que encara es pot veure l’antiga porta d’entrada. El complex del museu inclou l’Església i el Baptisteri, amb frescos de Masolino, artista florentí.

Un altre lloc interessant és el Monestir de Torba, construït al segle V com a bastió romà contra les invasions bàrbares, va passar a mans d’un grup de monges benedictines al segle VIII. Més tard, va caure en desús i va ser utilitzat pels agricultors locals que van cobrir les parets i els frescos amb guix, perdent-se gran part de les seves obres. Un exemple particular que encara queda s’ha fet famós per crear un munt de llegendes sobre ell. Existeix un fresc on apareixen vuit figures, en tres d’elles falten les seves cares i en el seu lloc van aparèixer uns cercles ovalats perfectes, donant a conèixer la llegenda de les “monges sense rostre”. Segons la llegenda, les tres monges que havien de ser usades com a models pel fresc  van deixar el monestir i mai van tornar, de manera que les seves ànimes vaguen pels voltants sense pau, qui sap, potser si us acosteu de nit us les podeu trobar.

Un cop acabat el dia és hora de tornar a l’hotel i sortir a sopar per rememorar tot el vist i gaudit del dia, que l’endemà us aconsello que per unes hores ens oblidem de la cultura per gaudir d’un navegació en vela per un dels llacs més coneguts de Llombardia, el Llac Maggiore.

Tercer dia

El llac Maggiore és el segon llac en extensió després del llac di Garda. Les seves aigües banyen al cantó suís de Tesino, i les regions del Piemont i Llombardia d’Itàlia. Els bonics pobles a les seves ribes van tenir gran fama durant la Belle Époque i alguns conserven, en part, l’aspecte d’aquells temps.

Navegar a vela al llac és evadir-se de tot, les preocupacions del dia a dia desapareixen per ser substituïdes pel simple plaer de gaudir de les seves aigües tranquil·les.

I com estem a Llombardia, no us podeu saltar la vista des del llac de Santa Caterina del Sasso i la corresponent visita si teniu temps. Segons explica la llegenda, l’ermita va ser fundada per Alberto Besozzi, un ric mercant local que va sobreviure a un naufragi durant la travessia del llac, i va decidir retirar-se en aquest tram de costa per portar una vida d’ermità, erigint una capella a Santa Caterina. Després d’un primer període pertanyent als Dominics, als quals van seguir els Carmelites, des de 1970 l’ermita és propietat de la Província de Varese.

I fins aquí el meu viatge per Llombardia, un lloc màgic i que crec que encara em queda molt per descobrir per el que no dubto que tornaré a visitar. Us deixo a continuació un vídeo resum del viatge i unes fotos del mateix, espero que us agradi.